ORGANO DE LOS SENTIDOS
ORGANO DE LOS SENTIDOS
TACTO
Se ha comprobado que el feto es capaz de percibir las sensaciones táctiles que vienen del exterior y reaccionar cuando la madre acaricia o presiona su tripa.
Cómo se desarrolla
Es el primer sentido
que se pone en funcionamiento. La primera señal de sensibilidad
aparece en torno a las siete
semanas en una zona muy concreta: alrededor de la
boca.
Durante las dos
semanas siguientes, la región de la piel que es sensible a la estimulación
táctil se extenderá progresivamente al resto de la cara, a las palmas de las
manos y al tórax.
En la semana 11 de
embarazo, las plantas de sus pies
y sus genitales muestran una gran sensibilidad, y ya a las 12 semanas se amplía a toda la superficie del
cuerpo, salvo la coronilla y la espalda. Hacia la mitad del embarazo, toda la piel
y las mucosas reaccionan plenamente ante la estimulación táctil.
Qué toca
Desde el inicio
del embarazo, el futuro bebé tiende a alejarse de las paredes del útero si
casualmente las toca. Cuando roza algo con las plantas de los pies, reacciona
doblando los dedos y subiendo las rodillas.
A partir
del sexto o séptimo mes, si
se toca la cara con las manos acerca la cabeza hacia ellas abre la boca y se chupa el dedo. A
través de pequeños receptores
cutáneos el feto también detecta las leves variaciones de
temperatura que se producen en el útero y las vibraciones cuando, por ejemplo,
la madre va en un autobús. También le permiten notar las diferencias que hay
entre las texturas de las paredes de la bolsa amniótica, del cordón umbilical y
de su propia piel.
¿Siente el dolor?
Una
investigación realizada en la Universidad de California, en San Francisco (EE.
UU.), demostró que hasta el en último trimestre del embarazo el feto no es
capaz de percibir sensaciones dolorosas.
La explicación
radica en que la percepción del
dolor se basa en un entramado de conexiones neurológicas que no están
plenamente desarrolladas hasta la semana 29ª de gestación. Según los
autores de este estudio, antes de este momento el feto no siente dolor real,
aunque realiza un movimiento reflejo ante un estímulo doloroso.
PIEL
La piel, llamada también tegumento, tiene origen embriológico doble: se desarrolla a partir del ectodermo, que da nacimiento a la capa superficial llamada epidermis, y del mesodermo, del que se forma la dermis, capa profunda y gruesa, compuesta por tejido conectivo y fibras colágenas.
En las primeras semanas, las células ectodérmicas superficiales cubren el embrión. Al inicio del segundo mes, proliferan y forman una capa protectora superficial de epitelio escamoso simple, con células aplanadas que recibe el nombre de peridermo o epitriquio.
El conjunto de está capa experimenta un proceso de queratinización y descamación continúa, siendo sustituida por nuevas células que se forman en la capa basal. De las capas epiteliales que conforman la epidermis se distinguen cinco (estratos), mismas que adquieren su posición definitiva hacia el final del cuarto mes de la vida intrauterina.
LA DERMIS
Es una capa profunda de la piel, proviene del mesodermo. Consiste en células fusiformes que se convierten en fibroblastos. Presenta formación de fibras precolagenas entre el 2° y 4° mes de la vida intrauterina, y formación de fibras elásticas a partir del 6° mes, proceso que continua hasta después del nacimiento.
La dermis tiene fibras toscas en su capa profunda, cerca del tejido subcutáneo; en cambio, en la capa papilar, adyacente a la epidermis, hay fibras delicadas orientadas horizontalmente. Guarda estrecha relación con la epidermis que la cubre. Actúa como fuente de nutrición de esta última.
La dermis está constituida por fibras colágenas, reticulares y elásticas, sustancia cementante y elementos celulares.
PIEL
La piel, llamada también tegumento, tiene origen embriológico doble: se desarrolla a partir del ectodermo, que da nacimiento a la capa superficial llamada epidermis, y del mesodermo, del que se forma la dermis, capa profunda y gruesa, compuesta por tejido conectivo y fibras colágenas.
En las primeras semanas, las células ectodérmicas superficiales cubren el embrión. Al inicio del segundo mes, proliferan y forman una capa protectora superficial de epitelio escamoso simple, con células aplanadas que recibe el nombre de peridermo o epitriquio.
El conjunto de está capa experimenta un proceso de queratinización y descamación continúa, siendo sustituida por nuevas células que se forman en la capa basal. De las capas epiteliales que conforman la epidermis se distinguen cinco (estratos), mismas que adquieren su posición definitiva hacia el final del cuarto mes de la vida intrauterina.
LA DERMIS
Es una capa profunda de la piel, proviene del mesodermo. Consiste en células fusiformes que se convierten en fibroblastos. Presenta formación de fibras precolagenas entre el 2° y 4° mes de la vida intrauterina, y formación de fibras elásticas a partir del 6° mes, proceso que continua hasta después del nacimiento.
La dermis tiene fibras toscas en su capa profunda, cerca del tejido subcutáneo; en cambio, en la capa papilar, adyacente a la epidermis, hay fibras delicadas orientadas horizontalmente. Guarda estrecha relación con la epidermis que la cubre. Actúa como fuente de nutrición de esta última.
La dermis está constituida por fibras colágenas, reticulares y elásticas, sustancia cementante y elementos celulares.
VISTA
El recién nacido es capaz de seguir el movimiento de una luz y ve
bien a una distancia de 30-35 cm,
la que media entre sus ojos y los de la madre cuando toma el pecho.
Cómo se desarrolla
En torno a
los 22 días de gestación en
el embrión empiezan a hacerse evidentes unos pequeños surcos que poco a
poco darán lugar a la estructura ocular. Son dos concavidades muy separadas que
se van aproximando muy rápidamente.
El desarrollo de
los párpados es
independiente del de los ojos: a
la octava semana, los párpados han crecido tanto que se han sellado,
recubriendo los ojos, y a través de ellos solo se aprecia un pigmento negro:
las retinas. El feto aún no ve, pero se sabe que sus ojos se mueven cuando
duerme o cambia de posición.
Al sexto mes de embarazo,
sus párpados empiezan a separarse y al séptimo ya los abre por completo, ya que
en este momento el globo ocular ya tiene su estructura definitiva. En el octavo mes es sensible a la luz,
lo que significa que sus pupilas se contraen o dilatan dependiendo de la
intensidad lumínica, y también abre los ojos cuando está despierto y los cierra
cuando está dormido (la mayor parte del tiempo).
Qué ve
Hacia el cuarto
mes de gestación sus ojos muestran cierta sensibilidad a la luz. Puede apreciar
si un fuerte estímulo luminoso (el sol, por ejemplo) atraviesa la pared uterina
y el líquido amniótico y reacciona cambiando de posición para protegerse de la
luz cuando le molesta. Entre las
semanas 30ª y 34ª sus pupilas ya se contraen y se dilatan, y
distingue de dónde procede la luz.
Hacia el final del embarazo, la pared abdominal de la madre se ha estirado tanto que penetra algo de luz y se difunde en el líquido amniótico. El futuro bebé la percibe como el resplandor rojizo que vemos a través de la mano cuando la ponemos bajo una luz artificial.
Hacia el final del embarazo, la pared abdominal de la madre se ha estirado tanto que penetra algo de luz y se difunde en el líquido amniótico. El futuro bebé la percibe como el resplandor rojizo que vemos a través de la mano cuando la ponemos bajo una luz artificial.
GUSTO
Los sentidos del gusto y el olfato están muy relacionados y en el cerebro
se perciben de una forma muy similar. Las sensaciones que siente el futuro bebé son el resultado de cómo
huelen y cómo saben las sustancias que contiene el líquido amniótico.
Cómo se desarrolla
A la sexta semana ya es reconocible la
lengua y sus papilas gustativas comienzan a formarse una semana después.
En el segundo mes ya tiene formada la
boca y es capaz de abrirla y de tragar algo de líquido amniótico. A partir del tercer mes su sistema gustativo
ya está activo y en torno al cuarto mes es capaz de distinguir
diferentes sabores.
Qué degusta
El feto tiene,
desde el tercer mes de gestación, un sentido del gusto muy desarrollado.
Si percibe un sabor dulce en el líquido amniótico, acelera los movimientos de
deglución, mientras que, si este contiene un sabor amargo o que le resulta
desagradable, deja de tragar en el acto.
OLFATO
Es un sentido
muy importante para la supervivencia del bebé. Gracias al olfato el niño encuentra el pecho materno después de nacer.
Si al recién
nacido se les aproximan a ambos lados de la nariz dos trocitos de algodón, uno
impregnado con leche materna y el otro con la de otra mujer, se vuelve
antes hacia el algodón en el que aprecia el olor materno.
Cómo se
desarrolla
A las cinco semanas comienza a
dibujarse un esbozo de nariz en la primitiva cabeza del embrión. Se trata de
dos puntos, las placodas nasales, que se sitúan en la región frontal, pero aún
habrá que esperar algunas semanas para que este órgano empiece a hacerse
visible.
La depresión
superficial que forman estos puntos da lugar a las fosas nasales; alrededor de
ellas se forman unas elevaciones de tejido en forma de herradura que se
transformarán en las aletas de la nariz.
Entre las semanas 6ª y 7ª de gestación se
desarrollan la punta, la cresta nasal y parte del tabique, como resultado de lo
cual, a la 8ª semana, su pequeña nariz ya está diferenciada. A las siete
semanas los nervios y la membrana olfatoria también están formados y a partir
de la 12ª semana la nariz está preparada para percibir todo tipo de olores.
Qué huele
En el útero el feto se familiariza con olores procedentes de los
alimentos y las sustancias que consume la madre, que algunos investigadores cifran en alrededor de 120. Estos olores
también impregnarán la leche materna.
OIDO
En el útero
materno existe una intensidad sonora de entre 50 y 60 decibelios, lo que
equivale al sonido producido por una conversación en tono normal. El feto distingue la voz de su madre entre la
de otras mujeres: si se pone junto al abdomen una cinta grabada con
la voz de mamá, su latido cardíaco aumenta, mientras que, si la grabación es de
otra mujer, no.
Cómo se desarrolla
El oído es el sentido que alcanza un mayor desarrollo intrauterino. Su formación comienza ya durante las
primeras semanas y, curiosamente, no tiene lugar en la cara, sino en unas
protuberancias situadas bajo su rudimentaria cabeza, los arcos braquiales (a
ambos lados del cuello); poco a poco, los pabellones auditivos se irán
desplazando desde ahí hasta su localización definitiva.
Desde el final del sexto mes, el oído ya está en su sitio y completamente
formado. Sin embargo, el
feto ya puede percibir sonidos procedentes de la madre o del exterior desde
algunas semanas antes, concretamente desde la 16ª, y reacciona a ellos
acelerando el ritmo cardíaco y la frecuencia de los movimientos corporales.
Qué oye
El oído interno
está totalmente desarrollado a partir de la mitad del embarazo y el feto puede
percibir los latidos del corazón de su madre, los ruidos intestinales durante
la digestión, el paso de la sangre a través del cordón umbilical.
De hecho, se
sabe que dentro del útero se
produce un continuo sonido rítmico, similar al del agua fluyendo, mezclado con
el ruido del aire que pasa por los pulmones de la madre. Al final del sexto mes
es sensible a los sonidos externos y lo manifiesta mediante movimientos: se
sobresalta con los portazos, se agita o se calma según la música que escucha su
madre.
Se sabe
que el feto prefiere la música
suave y melódica. Por el contrario, rechaza la música con estridencias y a
volumen elevado.
INFORMACION EXTRA:
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